La prostatitis es una patología urogenital que se acompaña de inflamación de la glándula prostática. Puede tener un curso agudo o crónico. La prostatitis se considera la patología más común del sistema genitourinario masculino. Anteriormente, la enfermedad se diagnosticaba en hombres de entre 45 y 65 años. Hoy en día, la inflamación de la próstata también ocurre en jóvenes de 20 a 30 años.
Más a menudo, la prostatitis se desarrolla como resultado de la actividad de agentes infecciosos que ingresan a la próstata desde el recto, la uretra o la vejiga. La inflamación de la próstata también puede provocar estreñimiento crónico, estilo de vida sedentario, trabajo sedentario, hipotermia severa y repetida, abstinencia prolongada o actividad sexual excesiva, estrés constante, abuso de alcohol, comer en exceso y otros factores.
El tratamiento de la prostatitis lo prescribe un urólogo después de un examen completo, teniendo en cuenta el estadio y la forma de la inflamación, la naturaleza y gravedad de las manifestaciones clínicas, la edad del paciente y la presencia de patologías concomitantes.
El tratamiento eficaz de la prostatitis depende de una consulta oportuna con un médico y de tácticas terapéuticas bien elegidas. Si surge algún signo, debe buscar ayuda y cómo tratar la prostatitis en los hombres; hablaremos en el artículo.
Síntomas de prostatitis en hombres.
La principal y primera manifestación de la inflamación de la próstata es la dificultad y el dolor al orinar. Estos signos de prostatitis deberían alertar al hombre y convertirse en un motivo para consultar a un urólogo. El siguiente síntoma, si se detecta, debe consultar a un médico es el aumento de la orina. En este caso, la orina suele salir en pequeñas porciones.
Más a menudo, el cuadro clínico de la enfermedad ocurre repentinamente y se acompaña de síntomas pronunciados. Hay que tener en cuenta que la inflamación de la próstata en cada hombre se manifiesta de forma individual. En algunos, la patología es asintomática y imperceptiblemente se vuelve crónica. En otros, los signos de prostatitis son tan pronunciados que el paciente busca ayuda de inmediato.
Los síntomas de la prostatitis aguda incluyen los siguientes trastornos y anomalías patológicas:
- Dolor en el perineo, zona anal durante la defecación;
- Micción frecuente y dolorosa;
- Aumento de temperatura;
- Trastornos de la potencia (falta de deseo sexual, problemas para lograr una erección, eyaculación precoz);
- Debilidad, malestar general;
- Aumento de la sudoración;
- Sensaciones dolorosas en el sacro, ingle, ano y perineo de cualquier intensidad.
Dependiendo de las características fisiológicas del cuerpo, un hombre puede presentar uno de los síntomas anteriores o varios al mismo tiempo.
La prostatitis crónica se acompaña de los mismos síntomas que la forma aguda. Con el curso crónico del proceso patológico, los signos de inflamación se vuelven menos pronunciados. Con cada exacerbación, los síntomas tienden a volverse más graves. Además del dolor, los problemas de potencia y micción, la forma crónica de prostatitis se acompaña de las siguientes manifestaciones clínicas:
- Ausencia o deterioro de la calidad del orgasmo;
- Mayor irritabilidad;
- La presencia de secreción uretral purulenta durante las deposiciones;
- Sensación constante de plenitud de la vejiga.
La falta de una terapia oportuna y calificada puede provocar el desarrollo de complicaciones graves (vesiculitis, coliculitis, uretritis, abscesos, esclerosis prostática, infertilidad, cálculos glandulares, pérdida total del deseo sexual, etc. ). Por lo tanto, si se detecta uno o más de los síntomas anteriores se debe consultar a un especialista.
Cómo curar la prostatitis
El tratamiento de la prostatitis en hombres lo prescribe un urólogo después de una consulta preliminar y una serie de estudios de diagnóstico (examen rectal, análisis de secreciones prostáticas, examen bacteriológico y clínico de orina, análisis de frotis uretral, diagnóstico por ultrasonido transrectal de la próstata, biopsia, resonancia magnética. y otros). A partir de la información recibida, el médico determina el estadio y la forma de la prostatitis, la presencia de agentes infecciosos y patologías sistémicas, y también evalúa el estado de salud del paciente y las características del sistema inmunológico. Teniendo en cuenta estos factores, se desarrollan tácticas de tratamiento y prevención adecuadas para la enfermedad identificada.
El tratamiento de la inflamación de la próstata requiere un enfoque integrado. Independientemente de la forma de la patología, primero se prescriben medicamentos antibacterianos. Normalmente, se da preferencia a los antibióticos del grupo de las fluoroquinolonas. Penetran mejor en las estructuras tisulares de la próstata. También se pueden recetar medicamentos de los grupos de macrólidos y penicilinas.
Se recetan medicamentos antiinflamatorios no esteroides para aliviar el dolor. Cuando se detectan infecciones de transmisión sexual, se prescribe una terapia destinada a combatir el agente causante de la patología de transmisión sexual.
El masaje juega un papel especial en el tratamiento de la prostatitis (en las formas agudas del proceso inflamatorio, el masaje de la próstata está contraindicado). Muchos hombres encuentran este procedimiento humillante y doloroso. Sin embargo, es el efecto manual el que permite normalizar la circulación sanguínea en la glándula, eliminar el pus, mejorar la penetración de los medicamentos en los tejidos inflamados y acelerar la recuperación.
Además, en el tratamiento de la prostatitis se utilizan ampliamente diversos procedimientos físicos: magnetoterapia, electroforesis, baños terapéuticos, terapia con láser y otros. Los métodos fisioterapéuticos ayudan a mejorar la circulación sanguínea, aumentan la eficacia del tratamiento farmacológico y reducen la gravedad de la inflamación.
La terapia inmunomoduladora es de particular importancia en el tratamiento de la prostatitis. Para restaurar la inmunidad, aumentar las funciones protectoras del cuerpo y mantenerlas en el nivel adecuado, el médico puede recetar medicamentos generales y complejos vitamínicos que mejoren la salud.
Dieta y ejercicio para la prostatitis.
Un componente importante del tratamiento de la inflamación de la próstata es una nutrición adecuada y la corrección del estilo de vida. Dejar de fumar y beber alcohol, realizar actividad física y seguir una dieta ayudará a conseguir los siguientes efectos:
- Acelerar la recuperación;
- Evitar la recaída de la enfermedad;
- Mejorar el bienestar general;
- Reduce el dolor;
- Mejorar la microcirculación de linfa y sangre en los vasos de la próstata;
- Normalizar la función intestinal;
- Fortalecer las funciones protectoras del cuerpo;
- Reducir la producción de orina por la noche.
Si tiene prostatitis, debe excluir de su dieta los alimentos picantes, ahumados, grasos, salados y con almidón, el café fuerte, las carnes grasas, los huevos, el alcohol y los productos que contienen fibra gruesa. Además, no se recomienda beber mucho líquido por la noche.
Serán útiles ensaladas de verduras, frutas, verduras, frutos secos, zumos naturales, frutos secos y carnes magras.
Para el diagnóstico precoz de la prostatitis, incluso en ausencia de cualquier trastorno, los hombres deben ser examinados periódicamente por un urólogo (al menos 1 o 2 veces al año). La prevención oportuna de la inflamación ayudará a evitar el desarrollo de la enfermedad y a mantener la salud de los hombres.